LOS TLACUILOS Y SU PAPEL EN EL RENACIMIENTO DE LA MEXIHKAYOTL
Tal vez ya tenemos noción de quienes son los tlacuilos o hemos escuchado hablar de ellos, de estos sabios escritores mexihkah que existen y vienen existiendo desde antes de la invasión jispaneka (española) al Anahuak (desde Nicaragua hacia el norte de nuestro continente), estos personajes también fueron grandes cartógrafos que conocían bien la geografía del espacio en que habitaban siendo muestra de ello los mapas (de lo que llamaban Nueva España) que los jispanekah más adelante hicieron con ayuda de estos estudiados nahuas.
Los sabios tlacuilos provenientes de las naciones nahuas previas a la INVASIÓN al vivir la llegada de la Noche Cósmica u oscurantismo en el Anahuak (a partir de 1521 del calendario invasor) tuvieron que buscar una forma de adaptarse a la nueva situación y a la convivencia con los salvajes de ultramar. Aunque casi desaparecieron sus obras de la faz de la tierra gracias a la quema masiva de los AMOXKALLI (bibliotecas) por los religiosos católicos y muchas otras fueron robadas para ser llevadas al Vaticano (Archivo secreto vaticano A) los tlacuilos han mantenido la tradición casi secreta durante siglos, pues los mexicanos de hoy en día cegados por su mente colonizada no dan crédito a estas sabias personas sino más bien lo hacen con escritores de corte europizado (muchos de ellos extranjeros) o personas con títulos dados por universidades también a la usanza extranjera desde siglos posteriores a la invasión. Así poco a poco se llegó casi al desuso de la escritura nahua, para el Estado Mexicano no representan valor documental con soporte jurídico si no están presentados con escritura europea. La miserable mentalidad eurocéntrica cayó en el absurdo de catalogar la escritura nahua como jeroglífica al no saber interpretarla.
Los grandes tlacuilos fueron y son escritores anahuakas que aparecieron desde antes de la época mexihka, también fungieron como verdaderos artistas de la pintura, muchos de los amoxtlis (códices) rescatados de la época anterior a la invasión jispaneka contienen simbología metafórica que solo los tlacuilos pueden leer de forma certera, dado que los antropólogos es historiadores de la universidades mexicanas han tratado erróneamente de traducirlos desde su perspectiva europeizada provocando con ello MAL INTERPRETACIONES de la sabiduría ancestral, por ejemplo, dicen que un hombre con el pecho abierto significa “sacrifico humano” tal y como lo pensaría un jispaneka medieval, mas no se detienen a pensar que puede tratarse de una operación quirúrgica que ya era una práctica realizada por los antiguos mexihkah, ¿Qué pasa entonces cuando en un amoxtli aparece una persona descabezada caminando con su cabeza en las manos como en el llamado códice Laúd en la lámina I? ¿Se puede entonces decir que los mexihkah tenían la capacidad de caminar sin cabeza? POR SUPUESTO QUE NO, los amoxtlis son SIMBOLOGÍAS Y METÁFORAS INTERPRETATIVAS QUE SOLO UN TLACUILO DEBE LEER, no un europeizado cualquiera.
Los Tlacuilos escribieron en sus libros la historia milenaria de nuestro Anahuak y sus naciones, los hechos naturales, las observaciones astronómicas, cálculos matemáticos, diseños arquitectónicos, mapas cartográficos, cuentas del tiempo y hasta cosmogonía que era incomprensible para los ignorantes jispanekah que arribaron a nuestra amada tierra en el siglo XVI del calendario gregoriano. Sus pinturas las hacían desde aquel tiempo en finas hojas de papel amate e incluso en otros materiales parecidos al papel actual (fibras de maguey o de hojas de maíz), también solían hacer escritura sagrada sobre delgadas hojas hechas de piel de venado.
Lamentablemente en la actualidad muchos códices ya no existen, otros están ocultos en colecciones o archivos de ladrones europeos, pero hay otros que fueron rescatados más son resguardados en comunidades anahuakas para protegerlos de la rapiña mestiza y criolla mexicana (inah) los cuales no son mostrados a cualquier curioso y se mantienen en secreto hasta que el sistema del Estado Mexicano decaiga.
Los amoxtlis de origen anahuaka previo a la invasión (los cuales son más confiables que los coloniales) son: Códice Dresde (en Alemania), Códice Peresiano (en Francia), Códice Tro-cortesiano (en España), Códice Borbonico (en España), Códice Aubin (en España), Tira de la peregrinación (en México), Códices mixtecos, Códices del grupo Borgia.
Todos estos amoxtlis fueron elaborados por verdaderos anahuakas, algunos mexihkah, otros de origen mixteco (tlailotlaques y chimalpanecas), otros mayas y demás tlacuilos provenientes de los cuatro rumbos de nuestro continente, con sus escritos comunicaban toda la sabiduría y ciencia de las naciones anahuakah a las futuras generaciones
"El pintor, su tarea es la tinta negra y roja, el agua negra. Es un tolteca, un hacedor, un utilizador de carbón, un dibujante al carbón […] Tenían para cada género sus escritores, unos que trataban de los anales poniendo por su orden las cosas que acaecían en cada año, con día, mes y hora. Otros tenían a su cargo las genealogías y descendencias de los reyes y señores y personas de linajes, asentado por cuenta y razón los que nacían y borraban los que morían, con la misma cuenta. Unos tenían cuidado de las pinturas de los términos, límites y mojoneras de las ciudades, provincias, pueblos y lugares, y de las suertes y repartimientos de las tierras, y cuyas eran y a quien pertenecían. Otros, de los libros de las leyes, ritos y ceremonias(…); y los sacerdotes, de los templos (…) su doctrina (…) y de las fiestas de sus (…) calendarios. Y finalmente, los filósofos y sabios que tenían entre ellos, estaba a su cargo al pintar todas las ciencias que sabían y alcanzaban, y enseñar de memoria todos los cantos que observaban sus ciencias e historias" (JOHANSSON, 2007).
Los religiosos jispanekah en su gran ignorancia persiguieron a los tlacuilos para acusarlos de herejía según su limitada visión oscurantista y fueron orillados a practicar la sagrada escritura nahua en clandestino. Aunque sus obras no pudieron ser borradas de la humanidad y hoy en día resurgen vertiendo la sabiduría anahuaka sobre las nuevas generaciones nacidas en el SEXTO SOL (códices, pinturas sobre cerámica, murales sobre obras arquitectónicas, etc.) aunando esto a la escritura nahua que se plasmó en grabados sobre las piedras de las TEOCALLIS.